jueves, 28 de julio de 2011

MANUEL MENA



Recordar al amigo, es de esos humanos hábitos que dan sentido a nuestra existencia.  Es atenuar el profundo sentimiento de su pérdida,  anclándonos  en la memoria de lo vivido…en las  entrañables experiencias compartidas,  que suscitan,  incesantes  en nuestro espíritu,  la callada afirmación que sentencia:  “yo le conocí”.

Porque,  quien conoció a José Manuel González Mena  sólo puede guardar de él un recuerdo imborrable  que perdurará  más allá de nuestras propias vidas. Es la eternidad que sólo alcanzan los grandes hombres de esta tierra, al haberla honrado todos y cada uno de los días que transitó por ella. Y su honra, dignifica el sentimiento de orgullo de todos cuantos hemos nacido  y  aún permanecemos aquí.

Más allá de estas torpes palabras, incapaces de expresar las desbordadas emociones que nos trae el recuerdo del entrañable amigo,  quedará la impronta de una vida ejemplar en el amor a su familia y  a la esencia de todo aquello  que nos distingue como pueblo. Porque aquella voz rutilante…aquel hechizo sonoro… ha quedado impregnado en los inconmensurables ecos de nuestro paisaje, y en la huella que se adivina cada vez que un cantador de nuestra tierra principia  a revivir aquellos aires  heredados de nuestras tradiciones, que él  tanto se complacía  en regalarnos.

Más allá  incluso  de su persona, nos quedarán  grabados los sempiternos  versos que él cantara a nuestros poetas…para, sin pretenderlo,  inmortalizarse en  ellos como la voz imprescindible y esencial que da expresión a los mismos.

Porque poetas y cantores siempre han ido de la mano en este rincón atlántico, en ancestral  simbiosis entre  los anhelos  soñados  y las  voces que los despiertan a nuestra alma de isleños.

Pero, con Manuel  Mena, la pluma del poeta se tornó cincel sobre  bronce y  fuego,  en las manos de Fernando Garciarramos,  para perpetuar aquella mirada al infinito que surgía de la hondura de su canto. Porque el poeta transigió que fuera su mano esculpidora quien hiciera tangible lo intangible…en un visceral intento por recuperar la triste ausencia del amigo.
Noble  semblanza en el metal inerte, surgido del estruendo de la fragua cuando el aire aviva las llamas…como si aquel  resplandor de su incandescencia alumbrara la  generosa vida  de su imborrable recuerdo. Es el mismo estruendo de una prodigiosa voz contenida para siempre en un instante de repique de cincel…en un retintín  sonoro y evocador que anidará en los corazones de todos cuantos contemplen  aquella entrañable  faz impresa en el bronce.
Quien transite por estas calles cotidianas, detendrá el paso apresurado al mirar la noble efigie, porque sabrá haberse encontrado con algo consustancial  a nosotros mismos…con una presencia que define y sintetiza nuestra razón de ser y nuestro amor a la tierra que nos sustenta.

Y aquí nos queda  hoy y para siempre, todo cuanto fue Manuel Mena.  Nos quedará su estimable ejemplo de cómo hemos de vivir. Y su inimitable voz retumbará  perpetuamente  sobre los aires y cadencias de nuestra tierra, como uno de los altares donde se consagra la esencia de nuestras raíces y cultura. Quedará también su semblanza esculpida,  coronando aquel verso del poeta: “…no importa morir si el timple se va conmigo…”. Y quedará la calle donde perder los pasos para recordar al cantador que se convirtió en la voz de todo un pueblo,  para que así… esa calle…por fin  ”calle de todos será”.

Félix Román Morales Díaz
Para Artistasenred y 
Etnografía y Folclore


miércoles, 20 de julio de 2011

GUARACHE


Próxima a cumplir un cuarto de siglo de andadura, la Asociación Folclórico Cultural Guarache es uno de esos claros ejemplos donde una callada y persistente voluntad por perpetuar y difundir nuestros valores tradicionales en el folclore puede, por méritos propios,  llegar a alcanzar  el público reconocimiento, y servir de perfil modélico para otras iniciativas.
Porque Guarache, en contraste con otras maneras más proclives a la inmediatez en el éxito, ha sabido labrar una lenta y larga  trayectoria basada más en la rigurosidad de todo cuanto emprenden, que en  aventurarse en objetivos musicales sujetos a la moda o a la fácil captación populista. Este profundo arraigamiento en las entrañas de nuestro acervo cultural tradicional,  destaca como el principal elemento de valor de esta formación musical.
Resulta gratificante descubrir como en nuestra geografía aún se prodigan  y perviven agrupaciones folclóricas surgidas en el ámbito local y vecinal,  cuya tenaz motivación, coherencia  y esfuerzo, las ha llevado a convertirse en uno de los bastiones donde subyace la esencia de nuestras tradiciones constituyendo, en su conjunto,  la médula espinal de nuestro folclore.
Y es que, ante tanta proliferación y diversificación de las temáticas, adaptaciones y recursos musicales,  nuestro folclore necesita más que nunca de actitudes como la de Guarache, como mejor garantía para que el mismo no se desvirtúe, o decaiga  inútilmente trastocado en penosas mutaciones que apenas son reconocibles como vernáculas. La necesidad en la existencia de formaciones como Guarache resulta irrefutable pues, con su espíritu y actitud frente al folclore, mantienen una constante  imprescindible e indisoluble  en la colectiva memoria cultural de nuestro pueblo.
Profundamente vinculado a la comarca tinerfeña de Tacoronte, el grupo Guarache se instituye como uno de los  elementos referenciales en la cultura de éste municipio  norteño. Su dilatada trayectoria siempre se ha caracterizado por una entusiasta  participación en cuantos eventos de carácter cultural tienen lugar en el mismo. No podemos olvidar la importante y trascendental labor didáctica y formativa desarrollada a lo largo de este tiempo, cuyo resultado nos ofrece una amplia selección de reconocidos solistas, instrumentistas y bailadores, que han venido engrosando y enriqueciendo el plantel de excelentes figuras de nuestro folclore.
Toda esta  inusitada iniciativa encuentra su explicación cuando comprobamos que al frente de esta agrupación, emergen personas con sólidos conocimientos y trayectorias, motivadas por un irrenunciable compromiso con la cultura y las tradiciones. Nos referimos a su presidente y director musical, Jesús Francisco López Suárez, (Suso), y a su directora de baile, Nahimir García Hernández; quienes con su imponderable esfuerzo y dedicación,  han sabido infundir en sus compañeros el entusiasmo e inquietud para continuar aportando de manera insoslayable,  nuevas metas y valores al grupo.

Entre estos logros más recientes, mencionaremos su participación, en representación de España, en el Festival Internacional Folkloflury de la localidad francesa de Caen, junto con el grupo británico Victory Morrismen,  y las agrupaciones  francesas Che Caracol y Blaudes et Coéffes. Esta última formación, Blaudes et Coéffes, serán,  junto con el grupo lagunero Vallesía y el propio Guarache como anfitrión, los protagonistas del XIII Festival Folclórico Guarache, que tendrá lugar en Tacoronte, en el Complejo Cultural y Deportivo Edmundo Gil, el próximo 23 de julio. En dicho acto, se procederá además al otorgamiento de diversos reconocimientos y menciones a aquellas personas y entidades que siempre han respaldado la meritoria actividad de la A.F.C. Guarache.






Desde esta pequeña página quisiéramos trasladarles la enhorabuena y propiciar nuestros mejores deseos de aliento en la loable labor que viene desarrollando Guarache.

Félix Román Morales Díaz para Aristasenred
Y Etnografía y Folclore.